Mi opinion personal al respecto es que ha cambiado la direccion de "su discurso" y para mi ya no son de tanto interes sus articulos , esperemos que algun dia vuelva don Galo a el diagnostico de la actualidad Española y la aportacion de soluciones.
La primera sorpresa es que las proyecciones sobre 2020 y 2030 llevadas a cabo en la UE resultan absolutamente cándidas y voluntaristas. Dan por sentado que viviremos sin retrocesos ni colapsos, como fruto de la normal evolución de nuestras conductas. Tal vez sea el efecto de las elevadas recompensas -libres de impuestos- que otorga Bruselas a sus encomendados lo que les lleve a contemplar un universo sin conflictos, confundiendo crudas realidades con buenos deseos. Es obvio que cualquier investigador prudente pondría en observación semejantes ganas de agradar a sus contratantes.
Mi segundo observatorio consistía en la lectura de los análisis de Jacques Attali y su largo curriculum al servicio de la UE siempre dedicado al pronóstico, con un importante nivel de acierto. Y mi tercero, y tal vez el mas confiable y cercano, la evolución en los países escandinavos como pioneros en la materialización de conquistas sociales y económicas.
De la suma de esas tres fuentes, pretendía extraer ese conjunto de realidades, oportunidades y amenazas, que constituyen la espina dorsal de esta próxima y apasionante aventura. Tal vez como primera observación habría que decir, aunque suene a tango, que 20 años no es nada. Que para la mayoría de nosotros 1990 era casi ayer y que nuestra esperanza de vida en buenas condiciones podría aumentar en 10 años sobre la actual para ese no tan lejano año 30.
Vayamos con algunos de esos pronósticos para 2030:
1. La población mundial crecerá un 15% hasta 8.500 millones.
2. Unos 7.000 millones de habitantes dispondrán de teléfono móvil y 4.000 millones, de acceso a Internet, y casi todos estarán adscritos a alguna red social.
3. Habrá 2.000 millones menores de 20 años y 1.000 millones de más de 65. Esa proporción se invertiría en China, Japón, Europa y EE.UU., donde el número de jubilados doblaría al de menores de 20 años.
4. Veinte países y 3.500 millones de personas sufrirían restricciones de agua.
5. El 75% de la oferta de energía sería cubierta por combustibles fósiles, con el petróleo por encima de los 100 m/b/d y precios muy elevados.
6. El PIB mundial se doblará y un 1% de la población, poseerá el 35% del patrimonio mundial, en un proceso de concentración de capital que dejaría en manos de 35.000 empresas las decisiones relevantes del planeta. Empresas y empresarios, fiscalmente nómadas. El mapa del hambre se concretaría en Asia y África. Europa dispondría de un euro muy devaluado respecto al de hoy, con dos niveles de paridad, que permita una velocidad distinta para las economías menos competitivas.
7. China, EE.UU. y la UE serían los tres ejes del poder político mundial y tratarían de avanzar hacia algunos aspectos de gobierno en común, relativos a la producción de alimentos, sostenibilidad, finanzas, fiscalidad, ayudas al desarrollo, política arancelaria, armamento, energía, formación, patentes, transporte, lucha contra el crimen y homologación política. Aún así, y pese a la positiva evolución, unos 30 gobiernos estarían por debajo de los estándares democráticos exigibles en planes de cooperación. Difícil continuidad para las monarquías, muy criticadas en todos los países por su escasa aportación, frente a la opción de repúblicas presidencialistas, como mejores garantes del equilibrio político, control y desarrollo.
8. Un 25% de los vehículos funcionarían con electricidad o combustibles alternativos, con un gran crecimiento del transporte colectivo.
9. La familia evolucionará hacia un matriarcado de facto, que gozaría de apoyos estatales para conciliación de tareas y objetivos demográficos. El promedio de parejas estables por mujer sería de tres, teniendo hijos al menos con dos, siempre bajo su cuidado.
10. Mil millones de personas vivirán en un país distinto del de nacimiento, habiéndose generalizado vía Internet el uso del inglés y traductores inmediatos como forma de comunicación habitual. Un 40% de la población trabajará de forma irregular desde su casa, por proyectos. El pleno empleo será meramente coyuntural. Las pensiones y las prestaciones del Estado se reducirán y la carga fiscal media será del 50%. Desaparecerá el concepto de clase media actual, por la mejora de la oferta colectiva y el peso de los impuestos sobre las rentas medias. Crecerá una espiritualidad con y sin Dios, y se verá mezclada a menudo con ideas de protección de la naturaleza. En Occidente, seremos una sociedad mas frugal y con mas equilibrio entre valores morales y materiales. Y en el mundo emergente, el consumismo creciente amenazaría la sostenibilidad del planeta acelerando la necesidad de acuerdos básicos para un gobierno mundial.
La aplicación de estas conclusiones al caso español
No resultará muy complicado proyectar ese 2030 sobre nuestro caso marcando unos hitos mínimos para cada mandato. Por razones de espacio, hemos de postergar este propósito a un segundo post en el que estudiaremos desde esa perspectiva a largo plazo, lo que podríamos sugerirle, primero al PP y después a los futuros gobiernos. Teniendo presente que en 2015, tendríamos un partido nuevo (de alguna parte lo habríamos de sacar, sea local o paneuropeo) sobre el que proponer un profundo referendum que nos homologase, sin trampas ni discusiones, con las democracias y administraciones territoriales mas eficientes de nuestro entorno. Hablaremos de la progresiva adaptación en lo político, social, económico, educacional, desarrollo personal y estilos de vida, a ese 2030, divisible en mandatos y programas de gobierno.Nadie nos va a regalar nada y, si nuestras cuentas para las futuras pensiones salen equilibradas, no será mas que por nuestro empeño durante estas dos próximas décadas en intervenir eficazmente en lo que realmente nos concierne. -
Mensajes de Narnia,
Cómo emanciparnos del capitalismo financiero: tiempos y prioridades (I)
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