Mi opinion personal al respecto es que ha cambiado la direccion de "su discurso" y para mi ya no son de tanto interes sus articulos , esperemos que algun dia vuelva don Galo a el diagnostico de la actualidad Española y la aportacion de soluciones.
Per Austratt vivía en la costa, frente a la isla de Utoya. Apenas una milla le separaba de este popular enclave veraniego para campamentos. A las 17.45 dijo haber recibido una llamada de socorro de la isla, pidiéndole que se acercase urgentemente con su lancha. Había un tiroteo y varios chicos nadaban desde la orilla hacia mar abierto, intentando salvarse. Per llegó apenas en 10 minutos y fue subiendo a su barca a cuantos jóvenes encontraba en el agua, algunos heridos o muertos. Cuando se acercó a la playa, Line Sorensen, de 17 años gesticulaba desesperadamente para que la recogiesen. Al llegar, pidió que le esperasen un momento, porque tenía que encontrar a su hermano pequeño. En un instante, los disparos empezaron a impactar sobre la lancha. Line suplicó que aguardasen unos instantes, pero aquello no era posible, y se lanzó de nuevo al agua… Horas después, su madre, la viuda Sorensen, recibía la noticia en un despacho de la policía, de que sus dos hijos, habían fallecido en el atentado. La bella y valiente Line y el pequeño Arne, ya no formarían parte de su vida. Los dos únicos hijos de la familia acababan de morir en un acto criminal, que pudo ser evitado. La señora Sorensen, al recibir la noticia, cayó al suelo desmayada. Venticuatro horas después, es atendida por una psicóloga en el Hospital de Ringerike en Oslo, y sostiene que la noticia no es cierta, que solo es un mal sueño del que necesita despertar.
Pero todos menos ella, saben ya que no es un mal un sueño, es una realidad con la que tendrá que vivir y morir en adelante. Enviudó hace tan solo 3 años, y mientras llegaba su turno de vacaciones en el banco, le pareció que un campamento del Partido del Trabajo, su favorito, sería un entretenimiento formativo para sus dos tesoros. Detrás de esta inasumible realidad, un loco asesino, un renglón torcido del Creador, había preparado una bomba casera y acumulado armamento y munición para una fría y calculada matanza.
La bomba, probablemente fabricada a partir de fertilizantes, nitrato de amonio y gasoil, por cientos de kilos, había dado fin a unos preparativos de casi tres años de gestación, desde que el asesino iniciase una actividad agrícola que justificase la compra de sacos etiquetados por la firma John Deere, como inofensivos fertilizantes, de los que adquirió 600 kgs. Las armas y la cuantiosa munición, procedentes de un mercado negro en Oslo, nutrido por repetidos asaltos a polvorines y depósitos, hechos ocultados por las autoridades en Dinamarca y Noruega.
La intención del asesino, tan confusa como estúpida y perversa, poco importa. Todas las desviaciones parece que acaban recibiendo una explicación plausible, que aquí no tendrá. El mal existe y tiene sus intérpretes, que escudados en absurdos ideales o en demencias solo visibles ante los tribunales, deben de ser castigados y los caminos que se lo hayan facilitado, rigurosamente depurados.
Esos caminos son dos, ambos convergen en la indolencia gubernamental: de una parte, no querer asumir la creciente incompetencia por burocratización policial y la permanente manipulación política de las cifras de delincuencia, como elemento propagandístico; y el segundo, por la tardanza en enviar equipos a la isla, ya que el primer helicóptero en alcanzar la isla, fue alquilado por un periodista. Es decir un periodista tuvo tiempo de firmar un contrato de alquiler en el aeropuerto de Oslo, desplazarse hasta el área de Gardemoen (no menos de 30 min.), y desde allí volar a la isla (15 min.), para ser el primero en alcanzarla.
De nada sirvieron los cientos de mensajes, llamadas y tweets de los chicos aterrados, el asesino dispuso de 90 minutos impunes, para matarlos de esa manera tan cruel. Barcos cercanos y periodistas, llegaron antes que unas fuerzas del orden con unos medios técnicos de ensueño. El autor de la masacre, se entregó sin resistencia ninguna y permitió que los periodistas fotografiasen antes de la llegada lo que había sucedido.
El triste corolario de esta historia, no es otro, que la sociedad noruega - y por extensión, la sociedad española o cualquier otra que se haya visto afectada por estos atentados, sin importar el origen- es que no debemos permitir bajo ningún concepto que quienes debían protegernos a través de su eficacia, se laven las manos diciendo que un loco o fuerzas inescrutables, atacaron nuestros principios. Nuestros principios no se van a alterar por esos ataques, pero los que sí se tienen que alterar, son los nombres de los cargos a nuestra disposición para defenderlos. Hay que expulsar estas personas y las castas incompetentes que les protegen de forma inmediata. En las urnas más inminentes, deben quedar fuera de cualquier opción, para que los siguientes aprendan.
Y en su lugar, instalar partidos que no corrompan su deber de defendernos del mal, mediante tretas publicitarias que oculten la existencia de amenazas para nuestra sociedad. Con gentes capaces de pedir la intervención de teléfonos, registros o expulsiones inmediatas, a cualquiera que ‘enrede’ o manifieste la menor adhesión a movimientos terroristas de extrema izquierda, derecha o yihadistas. Da igual el nombre, si son totalitarios y enemigos de nuestra sociedad, cuanto más tiempo les permitimos para crecer, mas daño nos van a producir al final. Su único objetivo es acabar con nuestra democracia y nuestra libertad para imponernos su credo y a eso no se puede prestar la menor ambigüedad. O a favor o en contra, pero desde la primera noticia de su existencia, ¡fuera!
El caldo de cultivo
La ingenua sociedad nórdica, principalmente en los tiempos gobernados por ideas socialdemócratas, ha ido acumulando elementos ficticiamente perseguidos por los regímenes totalitarios, que han ido desarrollando con su propio y generoso sustento, un maldito cultivo contrario a quienes les ha dado la libertad que les negaban en sus países de origen. Partidos kurdos, una de cuyas ramas asesinó a Olof Palme en 1986, ahora a través de una vida plenamente subvencionada, son pro-islamistas que amenazan con atentados a sus anfitriones, si se les recortan sus privilegios o expulsa a sus intolerantes y peligrosos líderes religiosos.
Y los sucesivos gobiernos españoles y su catastrófica interpretación de la tolerancia, han permitido el crecimiento de grupos que reniegan de la sociedad que nuestra mayoría ha acordado, y seguimos ingenuamente creídos, de que quienes reciben nuestro salario, nos están defendiendo de nuestros enemigos. Y desgraciadamente no es así. Tanto, que hasta se permiten dar bazas a nuestros enemigos si eso tiene rendimiento electoral. No hace tanto del 11-M, que dejó patente de cuantas ambigüedades somos capaces al respecto.
Si queremos vivir en paz y sin amenazas, expulsemos del poder este modo de manipular la realidad. O amigos o enemigos, y los enemigos los queremos neutralizados o fuera de nuestras fronteras y de nuestros subsidios. Lo que no sea eso, son historias de debilidad, deslealtad e incompetencia.
Pronto tendremos nueva consulta en las urnas. Tal vez sea el momento para reflexionar acerca de la desgraciada viuda Sorensen y de sus dos hijos sacrificados, para decir alto y claro que la firmeza no es incompatible con la tolerancia. Pero tolerancia solo para los tolerantes. Para los demás, tolerancia cero. Ya que cuando esto es mal entendido y manipulado por la conveniencia electoral de la casta dominante, se convierte en el verdadero enemigo de cuanto queremos. Y esa mala interpretación de nuestros deseos, es, en el fondo, la única y principal razón de tantas lágrimas como el terrorismo nos ha hecho derramar. -Oslo despierta de la pesadilla y empieza a buscar responsables de la tragedia
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